Tímidos en una tarde de verano
cohibidos sin mirarnos aguardando
de quien se atrevería a dar un primer
paso
Desciende una ráfaga del viento
besando nuestras mejillas
arrojándonos a la labor de enamorarnos
Temblorosos fijamos nuestros ojos
rondando cautivos, pretendiendo unir
nuestros rostros
Se acerca el acecho deseoso
de sentir el calor de los labios.
Fusión, suave e infinita llena
de mariposas con estrellas
en el vientre
Aire, necesitan , aire para
respirar su presencia clavada
en sus corazones
Despacito unen sus manos
prendiendo calor y fuego
apresurando
ventisca
Sandra García
© Derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario