sábado, 9 de marzo de 2024

Exposición Al Bies Mujeres vanguardistas

Marisa Riësset Velasco, Autorretrato, 1924.


«Al Bies, las artistas y el diseño en la vanguardia española, la exposición que se puede ver en el Museo Nacional de Artes Decorativas, es el plan perfecto para celebrar el 8 de marzo, Día de la Mujer, y disfrutar del arte al mismo tiempo».

Por Marta Martínez Tato


Los diseños al bies exigen de un dominio de la técnica preciso a la hora de cortar y de coser, además de un mayor gasto de tejido. Estas fueron las conclusiones a las que llegaron en la primera mitad del siglo XX cuando esta técnica no solo era algo vanguardista sino la última tendencia. Esta forma de confección, en la que el tejido se cortaba en diagonal y no en línea recta, sirve de punto de partida para la exposición titulada Al Bies organizada por el Museo Nacional de Artes Decorativas.

Esta muestra, que podrá verse hasta el próximo 31 de marzo, tiene como objetivo reivindicar las aportaciones artísticas que hicieron las mujeres en la España de los finales del siglo XIX y principios del XX y que en el marco del Día de la Mujer, es el plan perfecto para dar el lugar en la historia que estas mujeres merecen.

Esta fue una época en la que el papel de las mujeres en la sociedad empezaba a cambiar y, aunque comenzaban a tener una presencia más notable en el espacio público, dejando poco a poco el doméstico, muchas de estas artistas quedaron relegadas al margen de la historia del arte por ser etiquetada su obra como de “artes menores”. Entre estas artistas desconocidas nos encontramos con Victorina Durán y Matilde Calvo Rodero y que han inspirado la reflexión que plantea el Museo Nacional de Artes Decorativas sobre el papel de las mujeres en la época de las artes de las vanguardias.

Fotografía de Victorina Durán en el estudio de Ventura de la Vega, 1921

La muestra se divide en seis secciones que abarcan las diferentes disciplinas, soportes y las temáticas. Arranca con Dueñas del diseño: los espacios de las artistas. Una sección presidida por un lienzo de una de las artistas de la época cuyo nombre ha trascendido, Maruja Mallo, quien junto a otras compañeras llegó a participar en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París en 1925.

Vestido de disfraz de hada, c. 1920. Fabian Alvarez Martin.

Las técnicas y nuevas siluetas de moda protagonizan la segunda sección de la exposición, El hilo moderno, donde conocemos el batik, una forma de pintura sobre seda de origen asiático que practicó Victorina Durán y que se conservan en el MNAD. Los mantones de manila y los kimonos reflejan esa influencia de lo oriental. También la aparición de nuevas marcas, con prendas y complementos que se ajustaban a los gustos de las mujeres de la época, tienen aquí su cabida, con especial mención a Jeanne Lanvin.


Pintura de Matilde Calvo Rodero del Estudio Ventura de la Vega. 

Otro de los campos en el que las mujeres de este periodo destacaron fue el de la ilustración de publicaciones y la encuadernación. La proliferación de prensa ilustrada y la aparición de nuevas editoriales de libros y cuentos infantiles hizo que esta fuera una profesión muy demandada en donde destacan los dibujos de Viera Sparza o las delicadas encuadernaciones de Matilde Calvo Rodero.


Matilde Calvo Rodero y José Joaquín González Edo, Diseño de fuente para jardín, 1925.

El diseño de interiores contó también con un creciente número de mujeres que destacaban tanto en el diseño como en la disposición de los muebles o la creación de objetos de decoración. Delhy Tejero, Amelia Cuñat o María Luisa Villalba fueron algunos de los nombres que quedaron en un segundo plano ante la imposibilidad de firmar en solitario sus obras y debían apoyarse en compañeros titulados, ya que hasta 1936 no se tituló la primera mujer arquitecta, Matilde Ucelay.

La última sección de la exposición está dedicada a la pintura de paisajes de gran formato y al arte en el aire libre, integrando la naturaleza en la decoración interior. El lienzo de María Sorolla, que demuestra como los jardines funcionaron de espacio intermedio entre lo privado y lo público, junto a la fuente para jardín diseñada por Matilde Calvo Rodero junto a José Joaquín González Edo, representan esas décadas de transición hacia la conquista de derechos para las mujeres. 



 

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