martes, 12 de septiembre de 2023

Mujeres en el arte




Maria Hesse

El estilo de Maria Hesse es tan peculiar que no pasa desapecibido. Sus coloretes, sus ojos separados y sus líneas curvas definen la línea en la que trabaja estas ilustraciones en las que la mujer es la gran protagonista.



La artista andaluza, ha trabajado para editoriales como Edelvives. En 2016 publicó su libro Frida Kahlo. Una Biografía. Además, ha ilustrado para revistas como Maasåi Magazine, Fashion & Art oPúblico. Por su lado, Maria muestra sus ilustraciones llenas de color en múltiples exposiciones. En estas, se puede ver su trabajo propio, lleno de color y de mensajes sobre la libertad y la igualdad.

Salida guiada Descobrim la historia





Propera sortida en autobús del cicle "DESCOBRIM LA NOSTRA HISTÒRIA" que organitza el Centre d'Estudis Rubinencs.


Tindrà lloc el proper dia 1 d'octubre de 2023 i se surt a les 7.45 h del pàrquing de l'Escardívol.


Aquesta vegada anirem a conèixer el celler cooperatiu de Nulles, on ens oferiran un tastet de vi i d'avellanes, per passar després a fer una ruta guiada per Valls, la població de Cèsar Martinell, arquitecte de les anomenades "catedrals del vi", entre elles el nostre celler cooperatiu de Rubí. Després de dinar anirem al Santuari de la Mare de Déu de Montferri, que és una autèntica jia del modernisme.


Tingueu en compte que el preu (52 euros persones sòcies del CER i 60 no sócies) comprèn viatge en autobús, guiatge, esmorzar, dinar i visites guiades. És un preu molt econòmic.

 Contacto al Centre d’Estudis Rubinencs (CER), sortides.cer@gmail.com o al local, a la Biblioteca Mestre Martí Tauler (carrer d'Aribau, 5, de Rubí, de dilluns a divendres de 6 a 8.30 de la tarda, per formalitzar la reserva conjuntament amb el comprovant del pagament total de la sortida.  



Jordi Vilalta Martínez

President del Centre d'Estudis Rubinencs

Grup de Col·laboradors del Museu de Rubí



sábado, 2 de septiembre de 2023

Guillemos a un niño diferente


 Relato: Guillemos a un niño diferente. 


Recuerdo que Guillem, con 7 años, cuando iba a la clase de los Astronautes ya apuntaba maneras. 

En ocasiones, Marta, la maestra se enfadaba porque en las tutorías del viernes, Guillem siempre acababa siendo el protagonista por alguna razón.

La mayoría del viernes de tutoría el niño no participaba de los temas que se charlaban en clase. Guillem se mostraba ausente, triste, como si viviera en un mundo diferente, paralelo en el que se encontraba.

En contadas ocasiones, si en clase se comentaba un tema que a Guillermo le gustaba, entonces participaba. El niño tomaba la palabra y no dejaba intervenir en la conversación a nadie más. Marta, mediaba las exposiciones orales intentando dar el turno de palabra al resto de compañeros pero, tan pronto como el niño o niña que estaba hablando hacía una pausa o un silencio propio de una conversación, Guillem volvía a coger la palabra y proseguía con lo mismo que había dicho anteriormente. Una, dos o decenas de veces repetía la misma frase, utilizaba el mismo argumento si alguien se mostraba contrario a sus afirmaciones…

El resto de compañeros de clase, cuando Guillermo se mostraba terco y reiterativo, se relajaban y no le escuchaban; los alumnos más charlatanes hacían grupitos de tertulia donde se oían frases como:

Uff , otra vez lo mismo. ¡Qué cansancio!!

Venga chicos –Comentaba Marta – un poco de silencio, por favor…, escuchamos lo que nos cuenta el compañero.

Bla, bla, bla… y más bla, bla, bla – dijo Roger –

Todos los alumnos de la clase los Astronautes rieron al unísono al escuchar las palabras de Roger.


Guillem se había quedado con la expresión corporal fría, inmóvil y con la vista gorda clavadas en la cara de Marta. El niño no entendía la dinámica de las sesiones de la tutoría. La reacción colectiva inesperada, improvisada de sus compañeros le frustraba y por tanto se autoexcluía… Guillermo sentía y recibía el rechazo de su entorno… Éste era su pensamiento interno que no compartía con nadie.

El talante de Guillermo cambiaba durante el rato de recreo en el patio. Se movía rápidamente de un sitio a otro. Mecía los brazos arriba y abajo y estaba feliz haciendo el avión. El rato de juego era el momento de soltar las tensiones acumuladas ya que Guillem parecía tener un punto de hiperactividad y estar en movimiento le hacía contento.

Cuando se organizaban carreras de carreras entre clases Guillermo se reconocía de lejos entre los participantes por la actividad de sus movimientos desordenados, a modo de descoordinación y como si estuvieran fuera de la órbita corporal. Diríamos que los movimientos de brazos y piernas resultaban exagerados e incontrolados por la actividad física que realizaba.

El niño no sufría ni se daba cuenta de esa diferencia hacia los compañeros… eso sí, con frecuencia durante la carrera chocaba con algún niño o niña. Guillem corría manteniendo su trayectoria que nunca era recta ni seguía la lógica grupal.

En la escuela, durante las clases de lengua Guillermo sufría. Un día a la semana en el espacio exposición en grupo, debía hacerse equipo para debatir algún tema de actualidad.

Cuando era la hora de hacer equipo y buscar a sus compañeros, Guillem siempre tenía dificultades para cerrar filas.

Si por alguna razón esa semana las exposiciones eran individuales no surgía ningún problema para desarrollar la tarea. Él escogía el tema y en el momento de la exposición podía pasarse toda la hora hablando sin interrupciones. Eran momentos para lucirse en los que el vocabulario era el adecuado y superior al que le correspondería por la edad. Guillem desarrollaba la exposición oral con una correcta explicación con argumentos y resultados. El momento final estaba destinado a resolver las preguntas o dudas…

A pesar de si la exposición generaba interés entre los oyentes y el grupo clase se emocionaba intensamente, hacía ruidos, y hablaban entre ellos, Guillermo se sentía inseguro y nervioso. La inseguridad se transformaba en tonos de voz elevado, seguido de una sensación de mareo general.

El repentino descontrol de la situación provocada por el interés de su exposición, no reflejaban las ganas imperiosas de demostrar lo que sabía. Él sentía el fracaso personal.

Con una evolución diferente pero con un resultado similar o peor al anterior resultaban las sesiones de exposición en grupo.

Guillermo durante la explicación de sus compañeros criticaba ante todos la manera de expresar la idea o concepto de un miembro del grupo, que no tenía la misma opinión que él.

No tenía reparo en remarcar públicamente las faltas o errores durante la presentación.

El problema que se originaba a continuación,

no era tanto para mostrar un desacuerdo con el resto de niños y niñas de su grupo, sino por la forma en que lo hacía; las formas que utilizaba no eran las socialmente correctas.

Guillem cuando hacía las correcciones no existía ninguna diplomacia ni empatía hacia la otra persona. Mostraba una actitud prepotente e irrespetuosa que Marta detenía al instante para no herir a los alumnos que debatían su trabajo.

Cuando la maestra ponía fin a la tensión ambiental los compañeros de Guillem lo aceptábamos porque la recomendación venía de la tutora. Sin gruñir demasiado retomaban las tareas con orden; en cambio él no era capaz de entender qué disgustaba al resto ni por qué se mostraban heridos por sus palabras. En situaciones como ésta era cuando le aparecía la expresión paralizada con los ojos clavados en la cara de Marta.

La maestra aprovechaba los momentos de calma del grupo clase para hacer didáctica y explicar que todos debemos respetarnos individualmente tal y como somos porque nuestra esencia como individuo es la persona.


El martes era el mejor día de la semana por Guillem. La mañana entera se dedicaba a las matemáticas, cálculo e informática. El niño comentaba a menudo en voz alta que estas sesiones eran más cortas que el resto ya que le pasaba el tiempo rápido.


Guillermo durante la clase de matemáticas tenía tareas de nivel superior a sus compañeros por su condición especial. Esto de manipular números le daba seguridad y control y disfrutaba con los propios resultados.


Cuando estaba inmerso en el mundo logístico haciendo resolución de problemas si le preguntaban cómo se sentía siempre daba la misma respuesta:

Bien, a secas, y acto seguido comentaba el resultado obtenido de lo que hacía…

¿Ves?… Ya está resuelto –Exclamaba alegre.

Para Guillem, comunicarse era transmitir datos y explicar la información. Sin emoción aparente, con un tono monótono y sin modular la voz durante la explicación.


En el claustro de profesores, cuando los educadores comentaban cómo se integraba Guillermo con el resto del grupo, Marta insistía en que el Síndrome de Asperger no es una enfermedad, sino que es una condición neurológica diferente a la mayoría. La diferencia consiste en la alteración del procedimiento del entorno como decía Shopenhauer.


La diferencia de comportamiento y reacción frente a los estímulos, en los modelos sociales es lo que más cuesta que acepten. Los compañeros de clase preguntan por qué Guillermo hace tonterías o por qué se enfada tanto cuando no le damos la razón – Explicó la coordinadora de ciclo.

En cambio los que siguen bien los razonamientos logísticos quedan boquiabiertos cuando habla de que esta o esa acción sigue un patrón que él ha visto ya continuación la explica. – Comentaba Eva – Entonces con un lápiz y una hoja blanca dibuja mientras va hablando… Guillem acaba definiendo una mini tesis esquematizada. Pienso –prosiguió la maestra–, que la intención de Guillem es captar la atención de todos para no improvisar acciones o reacciones inesperadas….

La reunión continuó unos 50 minutos más de los que buena parte se hablaron de las peculiaridades de los “aspías”, como las dificultades que tiene Guillermo en los temas de comunicación social y en la flexibilidad del pensamiento y comportamiento humano; en cambio, con frecuencia mostraba un lenguaje y una capacidad intelectual superiores a la media de la clase. En el claustro trimestral los temas y situaciones concretas de la clase de los Astronautes no podían obviar el protagonismo de Guillermo y dedicaban bastante tiempo a planificar acciones futuras.

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Han pasado los años, concretamente dos décadas de las vivencias de la clase de los Astronautes, y Guillem trabaja actualmente de delineante en un despacho de arquitectura en Barcelona donde diseña proyectos urbanísticos y realiza dibujos con ordenador.

La afición por convertir pensamientos en dibujos marcó el inicio de su carrera. Su peculiar manera de procesar el mundo en la que analiza patrones tiene a Guillermo en un constante laberinto mental en busca de esquemas para determinar el comportamiento social, el cual no entiende sin embargo, imitará por ordenar y dar coherencia a las experiencias sociales.


Relato de Rosa López Grau

Mildred Anne Butler Marcando épocas

 Mildred Anne Butler (11 de enero de 1858 - 11 de octubre de 1941) fue una artista irlandesa que trabajó con acuarelas y óleos sobre paisaj...